miércoles, 7 de septiembre de 2011

VINILO LP

El vinilo es un material plástico y sólido, que se presenta en su forma original como un polvo de color blanco. Se fabrica mediante la polimerización del cloruro de vinilo, que, a su vez, es obtenido de la sal común y del petróleo.
La grabación del vinilo se inicia con el master ya creado, el corte del cobre es el primer paso para la producción del disco micro surco. Después de haber colocado el cobre en el torno, la señal sonora que proviene de nuestro mastering se convierte en movimientos que realiza la aguja o estilete grabador encima de la placa, creando así el microsurco. Una vez efectuado el corte se procede a verificar la calidad del surco y ya terminada la fase de mastering, la placa de cobre se convierte mediante un proceso de galvanizado en un estampador. La pasta de vinilo es prensada con la placa de cobre que se a creado como estampador, ya etiquetada con su galleta impresa le sigue la fase de pulido y finalizando con el proceso de enfundado. Así se graba el vinilo, ya lo tenemos listo para su utilización y comercialización. Pero el vinilo es también algo más. Se trata del material del que han sido hechos muchos sueños desde casi la era del fonógrafo. El ruido de fondo siempre era una especie de huevo frito, un crujido dando vueltas y vueltas en el tocadiscos a 45 ó 33 revoluciones por minuto. ¿Pero no había muerto el vinilo?
Si atendemos a la situación actual del mercado, entendido como las listas de ventas, da la impresión de que el vinilo hubiese desaparecido de la faz de la tierra para quedar relegado a las catacumbas que habitan los puristas del sonido analógico, que deambulan por tiendas especializadas de vinilos. Pero no ha desaparecido, sino que, encima, vive una segunda juventud, una especie de revival alimentado tanto por películas, como por la subterránea labor de sellos discográficos que aún editan sus vinilos en un mercado para DJ's  que prefieren el vinilo al CD.
En un Time Out se publicaba un artículo sobre el renacimiento del vinilo y del mercado de singles y long plays. En él se incluía la llamada teoría Neil Young. El ilustre autor norteamericano piensa que, como el CD tiene un formato digital no es música como tal, sino sonido dispuesto en forma de códigos binarios, podemos advertir absolutamente todos los detalles de una canción la primera vez que la escuchamos. Y, como nada se esconde a la sensibilidad del oído, el cerebro no se siente impulsado a poner el CD por segunda vez. «En realidad, no estás escuchando música -añadía-, sino códigos y dígitos, tonos y frecuencias que recrean el sonido de la música». El vinilo, por el contrario, siempre depara sorpresas, puede que Neil Young sea un paranoico y esté un poco loco, pero eso no le quita parte de razón. Han pasado ya muchos años desde que la industria las grandes multinacionales como Sony no sólo publican discos, sino que crean y desarrollan equipos de alta fidelidad, lectores de CD, presentó al gran público la superioridad del compact respecto al vinilo en lo que se refiere a la calidad del sonido, nitidez o limpieza. Además -sonreían-, un compacto nunca se raya. Si obviamos lo ridículo de esta última afirmación (un CD rayado es muchísimo peor que un long play rebelde a la aguja), hay una forma de probar esto: ponemos un vinilo de 180 gramos, los más duros y resistentes, y un CD del mismo título. En una primera escucha, tenemos la impresión de que el CD suena mejor, tal es su brillantez y claridad; poco a poco, en segundas y terceras audiciones, las preferencias se igualan, pero, al final de la sesión, un vinilo produce una menor sensación de cansancio o saturación. El sonido orgánico de un acetato es más natural.
El vinilo es algo tan bonito, tan visual, que no se puede comparar estéticamente al CD. Las portadas de los discos en formato grande son mucho más atractivas e impactantes y, bueno los 'singles' de vinilo son el objeto más pop que nunca se haya inventado. Es un formato perfecto para la música y el tamaño ideal para el diseño. Y si tienes un buen plato (tocadiscos) y un buen equipo en casa, suenan de maravilla. Creo que el sonido es mejor, más cálido y dulce. Muchos serán quienes se pregunten cómo puede resultar mejor el sonido de un giradiscos que el de un reproductor de CD. Pero la razón es bastante simple, dado que lo más importante reside en la naturaleza del sonido, y sólo después, en la calidad del soporte. El sonido de un disco de vinilo es analógico desde la fuente hasta la salida; no experimenta cambios de onda decisivos en un buen equipo. La información sonora de un compact es, en cambio, digital. Al salir, se debe convertir nuevamente en analógica y, para ello, ha de reducir las curvas originarias de sonido a 0 y 1, con lo que se pierden matices. Quizás sea esa la razón por la que, el pasado año, Sony/Philips lanzó la idea del reproductor de CD Super Audio, con el reclamo de que el sonido poseería «la misma calidez del vinilo».
¿Para qué, entonces, crear el compacto? ¿Tendrá algo que ver con el capitalismo y la sociedad de consumo? Los vinilos ocupan demasiado espacio en la tienda de un centro comercial y, además, ofrecen una sensación de exclusividad que la industria no desea. El mercado potencial ha de ser lo más amplio posible y debe incluir a las personas a quienes la música no les interesa, pero la consumen como cualquier otro producto. La música electrónica ha sido fundamental, si la industria deja de fabricar platos, se muere el vinilo, pero si hay DJ's que pinchan vinilo, el asunto resulta interesante y se siguen vendiendo platos. En el futuro, es posible que el LP sea un capricho para 'fans', coleccionistas y amantes de la música, aunque pienso que seguirá vendiéndose e, incluso, crecerá un poco. Ahora existe un lector digital que lee vinilos, y eso es básico para que éstos sirvan de algo. Es como si te compras un cartucho antiguo de ocho pistas: ¿dónde lo pones, si apenas quedan reproductores?. Si comprar un clásico long play requiere cierto conocimiento e implicaciones musicales, el CD es puro populismo. En este sentido, un compacto es más un objeto que una obra de arte. No hay más que entrar en una tienda en la que aún conserven cierta sensibilidad y comparar la versión en vinilo con su correspondiente CD para darse cuenta de la diferencia: éste semeja una fotocopia cutre del primero y las reediciones parecen copias piratas. Quizás porque el CD no sea real, sino virtual, o porque ahora, con la tecnología del regrabado en los ordenadores, los soportes vírgenes y los escáners digitales, cualquiera puede hacerse uno en casa. Insisto: la comodidad y posibilidad de uso del compact disc no significa que sea el formato de mayor calidad.
No hace mucho un físico de profesión, era capaz de identificar la obra grabada en un disco de vinilo mediante la mera inspección visual de sus surcos. El buen señor aseguraba que, con sólo mirar un disco de música sinfónica de cualquier época posterior a Mozart, podía identificar el compositor y, algunas veces, hasta los intérpretes. El caso fue tomado muy en serio por el Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones Paranormales, que, tras someterle a rigurosas pruebas, admitió que decía la verdad. El físico identificó correctamente dos versiones distintas de La Consagración de la Primavera de Stravinsky, así como el Bolero de Ravel, Los Planetas de Holst y la Sexta Sinfonía de Beethoven. Por muy asombrosa que nos parezca esta habilidad, la cuestión no viola ningún principio importante de la realidad física, ya que la información estaba presente en los surcos y lo sorprendente era sólo la manera de extraerla de ellos.

TORNAMESA TECHNICS

Camino de cumplir cuarenta años de plato Technics, en 1974 un nuevo progreso marcará un hito, Technics sacaba un nuevo plato. El primer giradiscos con tracción directa completamente automático, con lectura y parada automáticos y con regulación de la velocidad. Tiene todo lo que un Dj puede pedir a un plato: una base perfecta, una absorción de vibraciones más que eficaz, gran flexibilidad para el ajuste del brazo y la cápsula con un diseño de estos mismos que permita su mantenimiento al paso del tiempo y con las máximas garantías, aguantar perfectamente graves poderosos sin efectos negativos y, todo ello, bajo un precio atractivo. El plato Technics es sinónimo de equilibrio y robustez si nos referimos a su caja. Está construida en aluminio fundido y moldeado con un material base de goma gruesa que absorbe con eficacia toda vibración no deseada. El aluminio de fundición también toma parte en la composición de lo que es el plato en sí, cosa que le da una inercia idónea por la alta masa que le confiere el material. Con ello, nos podemos olvidar de oscilaciones temporales en su movimiento. Para evitar vibraciones no deseadas, cuenta con su base de goma en el chasis, sino que sus cuatro pies están pensados para que todo el sistema quede perfectamente suspendido sobre ellos y con exacto reparto de peso. Con esta prestación se aumenta el aislamiento del plato y le da más aguante a situaciones de alta presión sonora.
Otro atractivo más es su exactitud en el control continuo de velocidad. Cuenta con un sistema de tracción directa, y el milimétrico ajuste de la velocidad lo proporciona un sintetizador de cuarzo de increíble precisión. El sintetizador es más que exacto y no permite oscilaciones. Presenta una fluctuación y trémolo de tan sólo 0.01% WRMS y una vibración de baja frecuencia de - 78 dB.
El brazo del plato es una afirmación más de que Technics ha apostado por el refinamiento tecnológico al servicio de Dj. Primeramente, está pensado para que se le puedan acoplar un buen número de cápsulas fonocaptoras tanto de imán como de bobina móviles. Pero destaca, además, por las posibilidades de ajuste que ofrece: equilibrio vertical, equilibrio horizontal y compensación antideslizamiento.
Existen muchos modelos diferentes de platos  pero principalmente los diferenciamos en dos tipos: de tracción por polea (belt-drive) y de tracción directa (direct-drive).
Tracción por polea. El mecanismo para transmitir el movimiento desde el motor a la rueda que mueve el disco consiste simplemente en una correa de goma. Por ello, este tipo de platos poseen un poco más de fluctuación, lo que significa que por sus características, el disco sufrirá pequeñas aceleraciones y deceleraciones aunque no toquemos nada. No obstante, esta fluctuación no suele ser demasiado grande y podemos hacer las mezclas sin problemas. Podemos comprobarla mirando el estroboscopio con el pitch a 0%. Veremos que los puntos avanzan ligeramente y luego retroceden. Cuando avanzan es que el plato se acelera, y cuando retroceden se frena. A esto se le llama "efecto pitch 0".
La ventaja principal es que son más baratos, pero hay que tener cuidado porque hay muchos modelos y suele haber bastante diferencia de calidad entre ellos, y sin embargo, los precios no distan tanto.

Tracción directa. El movimiento del motor se transmite a la rueda del plato directamente mediante engranajes. Gracias a esto la fluctuación disminuye, pero son un poco más caros. También suelen ir un poco más "blandos" que los de polea, lo que significa que cuando le demos un empujón con el dedo se acelerará más, y cuando frenemos se parará con más facilidad, lo cual resulta un poco más incómodo a la hora de pinchar hasta que uno se acostumbra.
Hay un tipo de platos de tracción directa que poseen un motor más potente y una rueda inercial, que sirve para mantener la velocidad más estable. Con esto se consigue reducir aún más la fluctuación, y además que vayan más "duros". Son los denominados "high-torque", cuyo modelo más famoso y utilizado es el Technics SL1200. El único inconveniente de este tipo de platos es el precio, que es mucho más elevado que el de los anteriores.

Que es un plato giradiscos?. Es la fuente de sonido analógica por excelencia. Su orígen se sitúa en 1931 con la patente de Alan Blumlein sobre la técnica para grabar dos canales de audio en un surco. El surco forma un ángulo de 45 grados, siendo cada lado la información correspondiente a cada canal de la señal estéreo.
Para extraer la señal se basa en una aguja reproductora que transmite la información del surco a un conjunto de bobinas e imanes (forman la cápsula) que generan la salida eléctrica para ser ecualizada y amplificada. Los problemas más graves a la hora de grabar en este soporte son mantener igualadas las fases de cada canal (evita errores de lectura) y corregir las bajas frecuencias (para facilitar el seguimiento del surco por la aguja lectora).
Hay un gran número de ajustes a realizar en un giradiscos para aprovecharlo al máximo, por ello en estas fuentes cualquier cambio realizado (aguja, cápsula, brazo, etc) supone un cambio drástico y más que perceptible de la calidad sonora de la fuente: El eje de la aguja lectora con respecto a una linea imaginaria perpendicular a la superficie del disco debe describir un ángulo de 20 grados, esto suele ajustarse haciendo que el brazo apoyada la aguja sobre el surco quede totalmente paralelo a la superficie del disco. La geometría de la aguja también es importante, su extremo debe ser redondeado, de forma que la punta no toque el fondo del surco, su sección puede ser cónica o elíptica, siendo generalmente las de alta calidad elípticas por su más fiel reproducción de las altas frecuencias. La geometría del brazo es igualmente importante, debe ser tal que permita que el eje referencial de la cápsula sea perpendicular al surco en el punto de apoyo con la aguja, particularmente en los extremos externo e interno del disco, por ello la mayoría de brazos (no tangenciales, que sería lo ideal al eliminar el error de trazada) tienen ese pequeño ángulo en el extremo más próximo a la cápsula. Otra característica del brazo es el peso que ejercen sobre la aguja y ésta sobre la superficie del disco, y (para los no tangenciales, más extendidos) el empuje lateral en la reproducción (hace que el canal interno del surco se lea con mayor fidelidad que el externo). Para corregir estos desajustes, un buen brazo tiene sistemas de compensación antideslizamiento (empuje lateral) y del peso de apoyo (varía para cada cápsula, el fabricante suele indicarlo en la misma, y debe ajustarse con un disco de prueba).
Otra característica propia del giradiscos es la ecualización RIAA. Debido a las características de la grabación de este soporte, hay una descompensación entre el nivel de altas y bajas frecuencias, por lo que en el proceso de corte del disco se utiliza un estándar llamado ecualización RIAA (atenúa las bajas frecuencias principalmente, y suelen eliminarse frecuencias por debajo de 20 Hz) para compensar estos desniveles.
La cápsula es la encargada de generar la señal eléctrica. Hay dos tipos, de imán móvil (Moving Magnet o MM) y bobina móvil (Moving Coil o MC). La primera tiene unidos los imanes al espárrago y las bobinas de salida fijas, al mover la aguja el espárrago hace desplazar los imanes a lo largo de las bobinas induciendo corriente en estas (también conocidas como de alto nivel). Las de bobina móvil llevan unidas al espárrago las bobinas, y fijos los imanes, el movimiento de la aguja desplaza las bobinas a lo largo de los imanes, induciendo en las bobinas la corriente de salida (de bajo nivel), estas suelen ser más utilizadas en la alta fidelidad de excepción. En las cápsulas de imán móvil se hace también algo delicado el cableado desde esta al amplificador, al influir de forma notable la capacitancia total en la respuesta en frecuencia, en este caso se puede experimentar, aunque lo más indicado es seguir las especificaciones del fabricante.

En cuanto al brazo, hay que destacar como sus características más importantes la longitud, masa y rozamiento. La longitud suele ser de 23 cms. habiendo algunos de 30 cms. que aunque presentan menor error de trazada (al ser mayor su longitud) tienen mayor masa. La masa es el valor que soporta la aguja debido al peso del brazo en sí y a su contrapeso, viene dado por el fabricante, y sus valores suelen estar entre 6 y 25 gramos. El rozamiento de la aguja se mide en horizontal, se debe situar por debajo de 80 mg, y en vertical, debiendo estar por debajo de 30 mg. Estos valores permiten que la aguja se desplace sobre el disco sin realizar sobreesfuerzos y permiten una buena compensación de antideslizamiento.

El giradiscos en sí también tiene sus características que influyen en el sonido, principalmente su mecanismo de arrastre y su aislamiento mecánico. El segundo viene determinado por el peso del giradiscos y su base de apoyo (los modelos más modernos y elaborados suelen descansar sobre conos y su mueble incluso ser una pieza maciza de granito por su elevado peso y estabilidad). El mecanismo de arrastre más extendido en alta fidelidad es por correa, el eje del motor va unido al plato giratorio por medio de una correa de caucho, y en usos profesionales el mecanismo es directo, motor unido directamente al plato giratorio. El empleo de una u otra técnica tiene que ver con el llamado lloro y fluctuación, además del desacoplamiento del motor y plato (mayor en la correa). El lloro está generalmente ligado a la tracción por correa, y se debe al mal funcionamiento del motor/correa, y la fluctuación afecta a la tracción directa, por errores en el peso del plato.

Hoy día las modernas técnicas de prensado y obtención de vinilos (180 gramos) de alta calidad, unidos a las características de los modernos diseños de giradiscos, han dado un nuevo empuje de esta veterana fuente analógica en los círculos de la alta fidelidad de excepción al entregar un sonido que aunque presente los errores lógicos de fuentes analógicas es bastante más agradable al oído por su suavidad, además de permitir su optimización con la simple mejora de alguno de sus componentes descritos.